** A mi amiga Amanda. Sufrida por sus ideas
Yo soy representante de esos
que no tienen valor que los defienda,
porque soy el sistema.
Y protesto,
para que otros, aquellos,
respeten nuestras propias decisiones
de tomar el tipo de prepotencia
que nos guste,
porque debo crearles
superfluas necesidades a sus ansias,
hasta hacerlos loar mi superinteligencia,
Condicionándoles,
bajo la creación de mi grandeza,
para poder reemplazar las mentes tontas
que tienen los que hoy les soliviantan
con ideas aún más tontas
de no violencia,
no drogas,
no protestas
y no más guerra…
Para manipular según convenga,
tanta estulticia en mis pulidas manos
Yo programaré sentimientos más concretos
no las majaderías de sus creencias.
Anularé deseos sin contenido
del que quiere ascender sin mi permiso
junto con el poder que no comprende.
¿Verdad que soy paternal?
Y se debe depender si lo decido
de toda orden que de mi cerebro mana.
Y ofreceré tantos servicios,
que estarán abrumados:
Artefactos, sistemas, avances químicos,
defensas suficientes y científicos.
¿Qué más da?…
Mujeres,
machos, homosexuales,
proxenetas,
religiones en todas sus facetas,
hasta la enfermedad más cara de este siglo.
Yo ofrezco sin pedirles nada a cambio,
solo que doblen ante mí dos buenas rodillas
o que doblen dos metros de tierra
con sus cuatro alaridos sin futuro”.
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¿Queremos eso?
o meteríamos razón en los cañones
del botón reventón de las gladiolas
para que el porte del hombre siga erguido
y no se incline,
más que para besar esas gladiolas.
Para que todos,
Respeten la “libre determinación de nuestros pueblos”
Nuestras propias ideas,
nuestros sentimientos,
nuestra forma de ser
y no se repita aquella película gastada
con moho de lejanía,
donde aparecen figuras cotidianas
en la vulgar disposición del tiempo.
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