lunes, 6 de septiembre de 2010

EL MAR Y EL VELERO


EL MAR Y EL VELERO

Mi velero se hundió en el horizonte.
El mar iba y venía entre su quilla
mientras la espuma que se escurría entre las olas,
reflejaban gotas de lluvia
que a mi rostro refrescaban.

Siempre pensé que el mar
llegaría a lugares insospechados,
donde no podrían volar las aves
ni ser libres los recuerdos.

Luego supe,
que Dios con una mano cogió el mar,
y con la otra un velero,
y pintó tus ojos grises en el alba
con una sonrisa con la cual luego
se vistieron los labios de los rosales
en los días más felices de mi vida.

¡Qué bellos tiempos!

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