jueves, 25 de octubre de 2012

LUCHA POR LA IGUALDAD (VENEZUELA Y PANAMÁ) - Dueto María Alejandra Jiménez por Venezuela y Justo Aldú por Panamá.



En la mirada quedaron grabadas
las balas que se incrustaban
en las paredes de los edificios,
como cuerpos agonizantes
les derrumbaban las ilusiones
frente a los verdes con cachucha.
Su voz de mando arremetía
contra el pueblo valiente
que en manadas a las calles salía
defendiendo sus derechos.
Por aquellos violentados
saqueando todo a su paso
sin consecuencias importarles.
Allá, a lo lejos, largas colas
para obtener el pan de cada día,
pero esta vez... ¡Con miedo!

El fuerte sonido de las motos
con hombres de uniforme azul oscuro
disparando contra el suelo,
para que en rebote
se llevara al cielo... unos cuantos.
Hoy veo, con leve sonrisa en los labios
un pequeño, mediano y gran hogar,
en donde acudir a recibir
en forma gratuita todo lo elemental,
sin tener que preocuparse por los costos,
por salud, medicinas, educación y alimentos.
Existe un trabajo digno y bien remunerado,
Se está acabando la explotación
del hombre por el hombre, que en el pasado
cercano, era la esencia del salvaje capitalismo.
¿Problemas? Siempre los habrá,
como el de la inseguridad
que algunos pretenden imponer.
Las leyes están allí, solo es cuestión
de hacerlas cumplir a cabalidad
y estos males se acabaran.

Falta mucho por hacer,
pero estamos dispuestos a continuar
la lucha por la igualdad social,
donde todos seamos hermanos
dentro de un ámbito de convivencia,
de amor y paz fraternal,
tomados de la mano
y  como Latinoamericanos

MARÍA ALEJANDRA JIMÉNEZ, Venezolana






“Si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá, sería señalado para este augusto destino
SIMÓN BOLÍVAR, Congreso Anfictiónico de Panamá, 1826.

  
Aquel principio fue duro,
todo entonces fue arrasado por el Amo de Norte.
Un imperio sofocando rebeliones
y muchos caídos por llevarse a un tirano.
Dibujaron  multitudes muertas en el cielo
y tres mil agonías se escucharon.
Fue el quejido del pueblo
defendiendo su manera de vivir y su libertad,
cuando aquellos bombardearon las razones.
Aquel diciembre vi caer a mis hermanos,
mientras volvía a respirar el pentágono
la brisa de mi tierra. Olor a morgue

Pronto sería cosa de no olvidar
"PROHIBIDO OLVIDAR"
tal vez reconstruir nuestros miedos
sin manchas de sangre,
ni hablar en una lengua que no entiendo

Hoy  la lucha social continúa
hasta hacer desaparecer las lagrimas,
no viviendo la prehistoria y el genocidio nuevamente.
Robar, matar, corromper,
"suicidar" y comprar conciencias de todo un pueblo.
Ya no hay inquisidores parricidas.
Solo resta avanzar contra la pobreza,
de cuerpo, de alma y con espíritu de lucha;
con la unidad soñada y ansiada por el libertador

JUSTO ALDÚ: PANAMEÑO

sábado, 6 de octubre de 2012

EL FALLO





La pieza musical de mi entorno,
hoy es palabra ultraísta,
otro remendado en el baile de los compases humanos.
Un día fui tu amante, tu compañero, tu guía
pero las lágrimas fermentan el quejido de la piel
y  se siente el golpeteo del corazón despedazado
la sangre faltante es el saldo neto de tu amor
Me ofreciste tus campos
para que yo los viera extasiado
hasta tus zonas más recónditas
y  me olvidara dónde nací
o  para dónde iba
así nació cantando mi futura poesía
y cuando todo soñé sin queja alguna
el sueño de profetas se transformó en pesadilla
hallándome forastero en tu terruño
desperté  con tu palabra
sin querer verte acorralada.
La inopia estaba contenida en tus labios
pero no en los míos.
Mi palabra es sudario poético
forjada y aguerrida
no germinada en multitudes que hieren de amor lentamente
mi palabra es pasión colgada
que estrecha la distancia y saluda
no se sienta a esperar dónde o cómo llorar
es ardiente verano caribeño
el pozo del cual bebo, hoy herido
este poema  podrido en la garganta
anegado en el dolor y soledad

Tal vez resulte inútil defenderse
de la ausencia de justicia ante tu fallo
solo aceptar la condena
aunque más  grande sea la tristeza
de vivir sin tu cariño
de pie como los viejos guerrilleros
y volver a empezar.

JUSTO ALDÚ