sábado, 20 de noviembre de 2010

DICCIONARIO DEL CAMINANTE, BITÁCORA DE JUSTO ALDU 10.10.10



DICCIONARIO DEL CAMINANTE 10.10.10

BITÁCORA DE JUSTO ALDU.

DIA PRIMERO

El Bergantín inició el viaje en la madre patria ESPAÑA. Aún no se izaban las velas ni se levaba el ancla. Salté a tierra justo al encuentro del gran autor español JOSE MARÍA CASTILLO. Allí, a un costado del muelle le entrevisté.

J.A.: Buenas noches Sr. Castillo. ¿Cuál es su aporte a éste diccionario?
J.M.C.: La letra “S” de Sensibilidad. En mi libro “La ética de Cristo” hago mención a la sensibilidad que enmarcó muchas de las acciones de Jesús.
En griego antiguo SPLACHMAZIONAE era una palabra que denominaba un dolor intenso
que conmovía sus entrañas ante el dolor ajeno. Sencillamente no lo soportaba; tenía que hacer algo para aliviar el dolor ajeno. El dolor del prójimo, porque era su propio dolor.

J.A.: ¿Qué relación tiene con nosotros?

J.M.C.: Bueno, sois poetas y para serlo de veras, se requiere gran sensibilidad para plasmar sentimientos propios, ajenos y sacados de vuestra imaginación en cada creación.

J.A.: Tiene otro aporte al foro señor CASTILLO?

J.M.C.: Pos claro hombre. Para POETAS-DEL-ALMA y Diccionario del Caminante mucho. Hablemos de la “R” de Rebeldía. ¨R¨, de Religión. Sobre ésta escribo en mi blog “TEOLOGÍA SIN CENSURA”.
Pero no os equivoquéis, no soy un fanático. Creo en Dios y tengo fe. En el capítulo 6 de mi libro “La ética de Cristo” menciono los peligros del fanatismo.
En Realidad las Religiones han servido por siglos como herramienta de dominación y poder, y han degenerado no raras veces y como bien sabemos, en formas brutales de violencia. La experiencia que estamos viviendo en la actualidad, sobre todo a partir del 11 S Y del 11 M, es elocuente a este respecto.
Paul Ricoeur, intuyo acertadamente que Dios es ética y el lazo que une al hombre con su Dios es "la obediencia a sus indicaciones".

“Con frecuencia, las religiones predican la propia santidad, el ideal de
la propia perfección y, por supuesto, la apremiante necesidad de huir
de la propia condenación y alcanzar la propia salvación. A fin de cuen-
tas, siempre lo propio. He ahí el peligro o la posible "trampa" en que, sin
damos cuenta, podemos quedar atrapadas las personas que frecuenta-
mos las prácticas Religiosas y tenemos convicciones de fe. Es la sutil
contradicción en que tantas veces incurre la ética que se fundamenta en
la Religión. Por eso no es extraño encontrar personas muy religiosas y,
al mismo tiempo, profundamente egoístas y centradas en sí mismas.”

LA ÉTICA DE CRISTO, cap. 6, JOSÉ Ma. CASTILLO.

Mire señor ALDU, la ética de nuestro tiempo no puede permanecer indifeRente al fenómeno social que se vive. Así de sencillo. Eso es lo que pienso.


J.A.: SR. CASTILLO, muchas gracias por su aporte.

J.M.C.: No hay de qué. Se hace camino al andaR.

Dicho esto, abordé mi navío, me encargué de las velas, levé el ancla y puse proa al Atlántico. Seguro de que en 7 días llegaré a Tierra firme.

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