Todo
era simple y a la par señero
pasión
desenfrenada y alocados besos
allí bajo
las sábanas no habitó el misterio
y de esquina a esquina te bebí en silencio.
Reliquia
imborrable de mi testamento
que
tiñó mi vida con amor intenso.
Luego
vino el mar y cobró terreno
subió
la marea y llegó hasta el cielo
no
pude saber qué pasó por dentro
se
fue lo que vino, lo llevó muy lejos
y la incertidumbre quedó sobre el lecho
yo
quedé así nadando en el tiempo
buscando
el amor y aún no lo encuentro.
Subirá
la marea, llenará mis besos
y denuevo el mar cobrará terreno
dejando
el amor, al margen del tiempo.
Qué
triste destino llevarte en el pecho
mientras
la resaca, te gana de adentro.
2 comentarios:
Mas triste hubiera sido andar con el pecho vacio ;)
Preciosa tu poesia amigo, tan real. Abrazos.
La imagen marina provoca toda suerte de inmensidades, agranda en este caso el vacío y enerva la tensión entre lo amado y lo perdido, un poema mu bien llevado, te felicito.
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