Cuando abrimos los ojos al mundo por primera vez, ahí estaba la ciudad, friolenta y desquiciada. De nuestro rostro recién lavado asomó la primera reacción, la primera sonrisa, todo era nuevo. Pero la ciudad de Julio ya era vieja en si, la ciudad de Julio se hizo mas vieja a su modo, se transformó dentro de él, la definió entonces como la ráfaga del viento que al pasar nos deja un rastro de nostalgia por lo que alguna vez vio y sintió. La ciudad vieja de Julio siempre lo esperó, siempre lo quiso ver joven, lo abrazó en un recuerdo y ella misma le trazó en sus calles un desafío de escritura para nuestros ojos ávidos de un sentimiento puro, emanada del pincel del tiempo.
2 comentarios:
Felíz año nuevo, Julio, para ti y tus seres queridos y para tu hermosa ciudad.
Abrazos
MUCHAS GRACIAS MAYRA. UN BESO Y UN ABRAZO. FELIZ AÑO NUEVO
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