Cuando era niña sospechaba que los reyes no existían, pero me emocionaba recibir juguetes, ya que era la única vez del año en que tenía alguno en mis manos, jugaba con el hasta que se acababa, siempre soñé con una muñeca grandota, que camina y con cabello para peinarla, sin embargo en toda mi niñez recibí tres muñecas de plástico rígidas de una sola pieza, semidesnudas y sin cabello, también un pequeño refrigerador de metal, algunos dulces y un abrigo color naranja.
El 6 de enero, creo que todos los niños nos levantamos muy temprano y temblábamos de frío y de emoción, ese día en que llegaban los reyes escuchaba a mis hermanos decir con gran algarabía que habían escuchado ruidos en la azotea, que los Santos Reyes entraron por la puerta, otros decían que por la ventana, mi hermana mayor dijo que tal vez se hicieron chiquitos y entraron por el ojo de la cerradura, etc, etc, etc... yo solo escuchaba y me decía para mi misma, eso no es verdad, es ridículo, imposible, pero nunca me atreví a manifestarles mis sospechas ni mis conclusiones, o sería seriamente reprendida.
Cuando tenía 10 años, mi madre nos dijo que los Santos Reyes no existían, que los padres son quienes compraban los juguetes, y que ese año no vendrían, porque mi padre no tenía dinero para comprar regalos de reyes a nueve hijos; a pesar de sospechar, lloré mucho, porque entonces no volvería a tener un juguete; desee con toda mi alma que los Santos Reyes si existieran y les trajeran algo a mis hermanos y a mí, por supuesto, que día más triste, me levanté temprano y recorrí toda la casa, busqué debajo de las camas, en la azotea, en el árbol de al lado de la casa y los esperé todo el día... los Santos Reyes nunca volvieron por mi casa...y nunca pude tener esa muñeca grandota…que camina y con cabello para peinarla...
http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-217610#ixzz2GwMgPWMD
El 6 de enero, creo que todos los niños nos levantamos muy temprano y temblábamos de frío y de emoción, ese día en que llegaban los reyes escuchaba a mis hermanos decir con gran algarabía que habían escuchado ruidos en la azotea, que los Santos Reyes entraron por la puerta, otros decían que por la ventana, mi hermana mayor dijo que tal vez se hicieron chiquitos y entraron por el ojo de la cerradura, etc, etc, etc... yo solo escuchaba y me decía para mi misma, eso no es verdad, es ridículo, imposible, pero nunca me atreví a manifestarles mis sospechas ni mis conclusiones, o sería seriamente reprendida.
Cuando tenía 10 años, mi madre nos dijo que los Santos Reyes no existían, que los padres son quienes compraban los juguetes, y que ese año no vendrían, porque mi padre no tenía dinero para comprar regalos de reyes a nueve hijos; a pesar de sospechar, lloré mucho, porque entonces no volvería a tener un juguete; desee con toda mi alma que los Santos Reyes si existieran y les trajeran algo a mis hermanos y a mí, por supuesto, que día más triste, me levanté temprano y recorrí toda la casa, busqué debajo de las camas, en la azotea, en el árbol de al lado de la casa y los esperé todo el día... los Santos Reyes nunca volvieron por mi casa...y nunca pude tener esa muñeca grandota…que camina y con cabello para peinarla...
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Autora: MARGARITA ZAMORANO
Contadora Pública y Escritora MEXICANA
Una prosista consumada.
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