(A la memoria de los siete jóvenes quemados vivos en
El Centro de Cumplimiento de Juan Díaz el 9 de enero del 2011)
Ante la mirada despectiva de sus custodios)
La llama consumió sus miedos
Apuñaló la muerte
Fue la barbarie en estado bárbaro
Centímetros más de una gran injusticia
contra la vida hondamente desdeñada
El dolor evapora las lágrimas
y también el luto en una cárcel
El polvo de los huesos
yace con sangre de todos
Horroriza el horror
a cada segundo
Escarba en el pecho del pueblo,
indigesta la indigestión
y devora el sabor a humanidad
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