jueves, 16 de febrero de 2012

ANÉCDOTA PRIMERA








“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos".
                                                                                              Antonio Machado



Se vieron sus heridas
conocieron su jaula
sus manos vacías
su tiempo sin calma.

Errante inquisidor
pastaba en los potreros
sus dedos cual ramales
eran sangre sin tiempo.
Los ojos como pus
amarillenta y mancillada.

Luego vino la paz
con la justicia acallada
sin aguas, ni caballos
ni luciérnagas preñadas.

Los hijos de la estirpe.
La vida apuñalada.
Ya no queda montaña
ya no queda río.
No queda de nada

Así el guerrero levanta
una luz en su mirada
sale al campo y empuña
la justicia como espada.

La muerte ve el convite.
-Destino de los hombres-
Las sombras en vigilia
seguirán el beso de la amada.

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