Aquí te espero, sentado en el auto
La campanilla del vendedor de helados
me transporta con ecos a la infancia.
Pasan peatones como recuerdos
y siento el calor más seco todavía.
El cielo está limpio
y el verano derrama las hojas de los árboles.
Sueno el claxon
y atisbo tus ojos claros,
recorriendo mi interior y estallando
como dos soles
que nacen de la mañana
Construyendo “te quieros”
Así… con cada mirada.
Podrías dejar correr el tiempo
y cerrar los ojos…,
que la historia pase
como un espejismo sin refractar la vida.
Pero no!
Tus ojos…, esos ojos.
Marco de amor, oleo de vida,
me toman por asalto,
son paz enmudecida.
Inmaculadamente bellos,
fieles y puntuales a la cita.
Ahora… que nos disponemos a llegar
enamorados a nuestro destino
... La vida.
5 comentarios:
ahhh..una poesia para suspirar, donde se respira armonia, y se sienten esos colores claros con los que a veces la vida nos homenajea. Me gusta eso de 'oleo de vida'.Un abrazo mi amigo, tu poesia esta llena de esperanza y en su trazo hay luz.
Amigo este poema es sencillamente hermoso ... uno de los pocos trabajos románticos que te conozco .. me gusta esa faceta ..un abrazo gigante desde siempre .. cecilia v.
Has sido capaz de plasmar esos ojos que nos toman al asalto y nos llevan a la vida.
Un abrazo
Marco de amor, óleo de vida,
me toman por asalto,
su paz enmudecida
Es una belleza de poema, donde el amor reposa.
Mis saludos de siempre, Justo.
Hermoso poema Julio, a veces los ojos son la expresión más acertada del amor... la mirada lo dice y cubre todo, sin palabras. Sólo reflejando lo que se siente, se llega a transmitir inequívocamente el verdadero amor.
Un abrazo grande querido amigo.
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