A la memoria del
obrero Iromi Smith
del Sindicato Único de
Trabajadores de la Construcción (SUNTRACS)
Asesinado en medio de
una protesta por sus derechos.
La sangre es vacío
cuando no circula historia.
No tiene caso expiar culpas
a veinte lunas y un insomnio
de vergüenza, si la muerte
emite saludos con balas y platillos
y se nutre devorando igualdades.
Uno tiene un país y posiciones,
de pronto amanece el color
más conveniente, con ojos
de rapiña amarrados a la espalda
y la violencia crece absurda
con antifaz de justicia
otorgando derroche al egoísmo.
Eso dije a Juan antes de aquel viaje
del cual pocos regresan. Desde entonces,
solo están los de entonces, menos Juan.
Sus ojos no guiarán más protestas
ni verán que la paloma cruza el cielo
y despluma bocas políticas
e incendia tumbas.
Juan era invisible.
No los ven, pero existen.
No se escuchan, pero existen.
Hablan, pero no tienen voz,
mucho menos voto
a no ser de conveniencia
y existen.
Regeneran
bajo el paradigma de trabajarás,
comprarás, usarás, vestirás y anhelarás
pero jamás tendrás
¡Serás invisible!
Sin presente, sin pasado
y quizá sin futuro…
¡Existirás!
JUSTO ALDÚ ©
4 comentarios:
Mi querido poeta amigo, te hago llegar mi saludo y felicitación por tan valioso poema.
Desde Chile, Justo, un gran abrazo.
Emilia.
Papá, jamás olvidaré tu legado. Maria.
Una gran obra de un exquisito corte social, mis felicitaciones escritor. Saludos cordiales.
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