miércoles, 19 de septiembre de 2012

SYRIA 2012




…entonces amaneces perseguido,
muerto o exiliado
y te sientes en quiebra
por defender tus creencias

La policía te interroga
y dices:
“Esta boca no es mía, es tuya”
y crees que va a llover
con esos ojos eléctricos.
Todos los soles se apagan
y reverbera la celda húmeda en tus entrañas
Allá, a lo lejos gritas:
No me busquen más,
sigan en la lucha,
pero acá te contestan:
No te hagas más ilusiones,
aquí tienes tus grillos
que te acompañan
y te irá de mal a peor.

Entre los escombros
hay victorias incruentas,
edificios destruidos,
calles muertas.
Allá corren dejando tempestades
sobre un escalofriante ulular de las sirenas.
Muñones que no crecen
es el resumen de la pólvora
que cruza el cielo.
Llueve el sufrimiento
delatando pretensiones.

Huele a carne quemada,
a flor marchita
y también a dictadura.
No se oyen ni los pájaros,
solo al hacedor de oscuridades,
habitante del averno,
cuando prepara la mesa
antes de servir a un amo impuesto.

Luego viene la vid de todos
junto a la poesía verdadera
y saluda la vida deseándola más plena,
quien dice conocerla
sabe que no todo se ha perdido,
sabe de la cruz y la ceniza,
del viento..., de los árboles...
y sabe cuando se abre la puerta
y termina el infierno.
Perdónalos señor, si no se acaba!


JUSTO ALDÚ.

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